Los alumnos de ESO y Bachillerato hemos aprovechado el día del viernes para salir del colegio juntos después de estos dos cursos sin salidas escolares.

Los alumnos de 1° de la ESO asistimos a la celebración del Día del Deporte en nuestro colegio: tuvimos la oportunidad de compartir con los más pequeños, y también con nuestros compañeros de pabellón, la exhibición de gimnasia en la que participaron algunas de nuestras compañeras.

Además, tuvimos la suerte de conocer a un referente mundial del volley masculino: Rafa Pascual, que nos acompañó en este día tan importante y nos hizo recordar la importancia del deporte en nuestro día a día. Una vez acabado el acto inaugural, nos subimos en el bus rumbo al Parque forestal Adolfo Suárez. Al llegar, hicimos un recorrido por la zona y pasamos tiempo juntos, rodeados de nuestros compañeros y profesores. Una jornada en la que las risas y el deporte han estado muy presentes.

 


 

En 2° de ESO empezamos octubre con una fabulosa excursión al Parque Europa en Torreón de Ardoz. Allí hemos disfrutado de réplicas de muchos de los monumentos más emblemáticos de Europa, hemos pasado un día muy agradable y hasta nos ha dado tiempo a jugar al pañuelo.

 

 


 

En el día de hoy, los alumnos de 3ºESO hemos ido a pasar el día a El Pardo.

Después de una ruta en la que pudimos observar una zona de gamos y caballos, llegamos al mirador, donde aparte de disfrutar de las vistas tomamos un tentempié.

A continuación, nos dirigimos al Arroyo de la Nava. Allí realizamos una parada para llevar a cabo unos juegos que nos permitieron interactuar y conocernos mejor entre nosotros.

Finalmente, en el merendero, almorzamos antes de poner rumbo hacia el inicio del camino donde nos esperaban para volver al Colegio.

La convivencia no solo nos sirvió para disfrutar de una mañana de desconexión en la naturaleza, sino para conocernos más e integrar a las nuevas incorporaciones, ¡pasamos un día estupendo!

 


 

Los alumnos de 4° de ESO han disfrutado de una jornada de convivencia recorriendo una senda circular por el pinar de La Barranca. En una estupenda mañana otoñal, estas horas compartidas han culminado en el Mirador de las Canchas, con sus magníficas vistas. El ambiente de la salida ha sido cordial y muy animado. Esperemos poder repetir días como este en el futuro.

 


 

1º de Bachillerato: El día amaneció espléndido, soleado pero sin demasiado calor. Después de pasar lista y hacer la oración de la mañana, nos subimos a los autobuses y nos dirigimos hacia el puerto de Navacerrada para coger desde ahí la senda del camino Schmidt. Tuvimos, además, la suerte de que nos acompañara P. Jara, así que, como os podéis imaginar, tuvimos durante toda la jornada “mucha paz”.
Comenzamos a andar con ganas y a buen ritmo, dejándonos llevar en la bajada de los primeros kilómetros. Luego la cosa comenzó a ponerse algo más difícil y cuesta arriba, pero lo cierto es que estos chicos y chicas, jóvenes y fuertes, siguieron a buen paso atravesando la montaña poblada de pinos.. No tardamos mucho (alrededor de una hora) en llegar al Collado Ventoso, donde paramos para comer algo y descansar un rato.

El camino de regreso, al ser en bajada al principio, siempre es más ligero y alegre, con cantos, bromas, o charlando tranquilamente con los amigos. El grupo permaneció bastante unido durante casi todo el trayecto. Eso sí, en los últimos metros, con calor y casi sin agua, costó un poquito.

Qué gozada poder disfrutar, después de unos años sin poder hacerlo, de un día de colegio como este, en medio de la naturaleza y con tan buena compañía. Ojalá que sea un buen presagio del curso que nos espera.

 


 

Los alumnos de 2º de Bachillerato hemos pasado un día estupendo con nuestros compañeros en lo que es nuestro último curso en el colegio, y no podía haber empezado mejor. Teníamos muchas ganas de recobrar algo de esa ‘normalidad’ que hemos perdido con la pandemia. Arrancamos la excursión en el pueblo de Rascafría donde nos pudimos tomar un café. luego nos encaminaos por el sendero que se dirige al área recreativa de la Presillas. Allí podía jugar y comer hasta la hora de volver.