Damos la enhorabuena a nuestra alumna de 2º de Bachillerato, Sara Panea, que ha resultado finalista en la 8º edición del concurso Carta a un Militar, en el que se muestra nuestro apoyo a los militares que realizan una labor encomiable. En esta ocasión con motivo de la Operación Balmis:

La Operación Balmis fue activada a partir de la declaración del estado de alarma a causa de la COVID-19 , el 14 de marzo de 2020, y requirió la adopción de medidas inmediatas y eficaces en todo el territorio nacional, lo que supuso la urgente integración de las capacidades operativas, sanitarias, logísticas, de policía militar y de infraestructuras, pertenecientes tanto a la Unidad Militar de Emergencias, la Inspección General de Sanidad, el Ejército de Tierra, la Armada y Ejército del Aire para luchar contra un virus desconocido y apoyar a los ciudadanos, donde y cuando fuera necesario. (texto recogido en la web).

 

 

A continuación reproducimos el texto de la alumna:

Para un militar:

Mi nombre es Sara y sí, soy una de las muchas personas a las que, con tu inmenso esfuerzo y dedicación has logrado ayudar. Cuando echo la vista atrás y pienso en todo aquello por lo que hemos pasado y, lamentablemente, seguimos pasando, las horas de encierro, de incertidumbre y la silenciosa aunque no por ello menos dolorosa muerte de todos los que, inmersos en la soledad, nos han dejado, no puedo evitar preguntarme ¿De dónde sacabas las fuerzas para, después de meses, seguir luchando por tantos españoles anónimos?. Quizás nunca logre averiguarlo, pero quiero aprovechar esta oportunidad para agradecerte todo lo que has hecho por nuestro país.

Es evidente que predomina en ti el espíritu de servicio y sacrificio, nosotros al fin y al cabo desde la seguridad de nuestros hogares, tratábamos de hacernos a la idea de que las cosas habían cambiado, de que el mundo había cambiado. Sin embargo, tú decidiste asumir todos los riesgos y luchar contra un enemigo invisible.

Recorriste inmensas distancias para acudir a quienes gritaban con desesperación porque no veían escapatoria a la crisis en la que nos encontrábamos inmersos, te arriesgaste por nosotros. Sin tu proximidad y los alimentos, instalaciones sanitarias, respiradores UCI, medicamentos, personal sanitario y tantos otros recursos esenciales que desplazaste, atender a todos los enfermos no hubiera sido más que una inviable utopía.

¿Seremos seres de bondad? No lo sé, pero tu admirable comportamiento me hace darme cuenta de que las personas buenas existen.

Realizaste labores de desinfección para transformar áreas contaminadas en zonas seguras y trasladaste contagiados con el fin de liberar espacio en las UCI de los hospitales y así poder atender a los pacientes más afectados, todo ello nos permitió poner freno a una desastrosa situación que parecía imparable. La abnegación con la que afrontas los retos de tu profesión no deja de sorprenderme; seguro que tú, al igual que todos nosotros, sentiste miedo y aun así seguiste adelante.

Ya sé que tenías experiencia pues enfrentarse a más de 540 emergencias, de las cuales muchas requerían una importante coordinación de equipos especializados y gran flexibilidad, no se olvida, mas este ha sido un acontecimiento sin precedentes y tu actuación sencillamente inmejorable.

Resulta inevitable querer volver atrás ya conociendo el desenlace de este inesperado suceso y tratar de evitar con alguna ingeniosa idea todo lo ocurrido aunque, en el fondo, sepamos que eso no es una opción. Ahora lo único que podemos hacer es aprender del pasado para no cometer los mismo errores ¿Es esto posible? ¿Lo lograremos? Me temo que tampoco puedo responder, pero sí comprometerme a poner mi granito de arena.

Espero sinceramente que no tengamos que regresar al punto de partida pues el valor de tu labor ya es incalculable.

Estás construido con compasión y humanidad y son precisamente estos valores los que te hacen ser lo que eres, un militar con el que estaré, por siempre, agradecida.