No sé muy bien qué es eso que tiene el deporte, es algo mágico, es capaz de conseguir que, aunque no hayamos tocado un balón de baloncesto en nuestra vida, suframos como el jugador con más minutos, sintamos las caídas del jugador más vapuleado, experimentemos las derrotas como la jugadora que falló el último triple o, como es el caso, saboreemos una victoria como el más exquisito de los manjares. La Copa Colegial viene a casa, el final soñado ya está aquí, hemos hecho historia, somos campeones.

En este año tan especial nos hemos presentado tanto con el equipo femenino como con el masculino. Nuestras chicas se han dejado la piel en cada partido, se han esforzado y han demostrado que hay calidad, hay ganas, hay futuro. Esta es la antesala de la victoria femenina, el equipo se está organizando, creciendo como un proyecto ganador, pero para crecer hasta los mejores tienen que tropezar por el camino. El año que viene volverán con más ganas y con más fuerza.

El equipo masculino, que lleva más tiempo y por ello tiene más experiencia, ha realizado una competición de matrícula. En cada partido el escudo escolapio ha movido las piernas y ha impulsado los brazos de estos grandes jugadores. Eliminatoria tras eliminatoria han demostrado lo que es el esfuerzo, el coraje, hasta alcanzar una final donde el trabajo de todo el equipo ha sido encomiable. No han sido rivales fáciles, simplemente hemos estado intratables.

Mención especial merece Pablo Ardila, que ha sido merecidamente nombrado MVP de la Copa Colegial Madrid 2021. Pero esta máquina de encestar no hubiera podido conseguir tal honor sin el apoyo de todos los jugadores de este equipo ganador. Y no nos olvidamos de las chicas que nos han hecho sentir muy orgullosos de ser parte de esta gran familia.

Tampoco nos olvidamos de nuestro cuerpo técnico ni de los aficionados que nos han apoyado a través de las redes sociales, gracias a todos vosotros hemos hecho historia. Tranquilos, esto no ha acabado aquí, hay que convalidar el título y ver cómo las chicas levantan el trofeo. El año que viene más sudor, más emoción, más sentimiento y más victorias.

¡Escolapios campeones!